RETOMANDO LA PREPARACION... (24)

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martes, 30 de septiembre de 2008

Libro: "37º C.: Como salvar tu culo" de Cody Lundin

No tengo intención de erigirme en crítico literario, pero considero adecuado (y coincidente con el propósito de este Blog) recomendar los libros interesantes que me encuentre así como advertir sobre los "ladrillos" con los que me "tropiece".

Empiezo por un libro con un título llamativo: "37º C: Cómo salvar tu culo" de un tal Cody Lundin (Desnivel Ediciones / 2005 / ISBN: 84-9829-001-5 /207 págs.).

Podemos empezar diciendo que, desde el título, este no es un libro corriente. No es el "típico" libro de supervivencia basado en los "clásicos" manuales militares y esta virtud (casi la única) se convierte en un defecto ya que el libro se recrea en destacar que este no es un manual de supervivencia “al uso” (lo cual es cierto) y dedica más de la mitad del libro a “marear la perdiz” sin decir prácticamente nada que no sepamos ya.

Tratando de ser positivo puedo destacar dos virtudes de este libro:

- Desmitifica el “asunto” de la supervivencia huyendo de explicaciones complejas de dudosa utilidad en un caso real (cómo encender fuego frotando dos palos, cómo cazar animales salvajes mediante ingeniosas trampas, etc.) y se centra en un caso “típico” de supervivencia restringido a unas 72 horas (hasta que llegue el “equipo de rescate”), en las cuales básicamente hay que tratar de mantener la temperatura corporal (37º C.) huyendo de lo que el autor considera los dos riesgos principales en una situación de supervivencia al aire libre (en la naturaleza) y que son: la hipotermia y la hipertermia.

- Hay unas cuantas páginas (de la mitad en adelante) en las que se describe con bastante detalle (y fotografías) el equipo básico de supervivencia del autor (el libro lo llama “Botiquín de Supervivencia”) y que me ha resultado muy interesante y aplicable, de hecho pretendo reproducir algunos fragmentos de esta parte y lo que es más importante; llevar a la práctica muchos de sus consejos.

Valoración de 0 a 10: 5

Como casi siempre, lo recomendable es sacar este libro de la biblioteca pública, leerlo, tomar nota de aquellos puntos que nos puedan resultar interesantes y devolverlo, ahorrándonos así un gasto, a mi entender, "prescindible".

martes, 23 de septiembre de 2008

(C.N.S.U.) - Vacunas (2)

Ya me han puesto la segunda dosis de la vacuna contra la Hepatitis B.

La encargada de hacerlo ha sido una bella enfermera que parecía salida de mis más atrevidos sueños; graciosa, veintitantos años, breve minifalda, tacones, preciosas uñas decoradas en manos y pies.

Si me aseguran que va a ser siempre ella quien me atienda estoy dispuesto a cumplir con el calendario vacunal completo e incluso a prestarme a algún tipo de investigacion médico-científica.

P.S.- Ya sabéis que el tono de mis entradas "suele" ser serio, pero esta vez no me he podido resistir a la tentación de comentarlo.

Espero que mi "cariño" no descubra nunca este diario secreto porque de lo contrario voy a tener que aprender a sobrevivir en la calle sólo con un par de maletas.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Moropeche - Un paraiso cercano...

Aunque muchos vivimos como si el mundo se limitase a las ciudades y sus Centros Comerciales, todavía quedan "paraísos cercanos" como Moropeche.

"La gente de Moropeche es más una gran familia que un pueblo pequeño, son casas de puertas abiertas donde cada vecino es un hermano y casi todo se comparte, tanto las alegrías como las penas.

Son típicas en las noches de verano las reuniones de vecinos tomando el fresco hasta altas horas de la madrugada, contando las vivencias de los más antiguos del lugar y reviviendo aquellas viejas anécdotas que casi todos conocen, pero que todos recuerdan y vuelven a reír con ellas.

Moropeche es un pueblo sin reloj donde uno se puede parar a charlar en la calle con cualquiera sin sentir la sensación de que llega tarde a ningún sitio (algo raro en nuestros días).

Moropeche es un pueblo tradicionalmente agrícola, aunque por su situación es más de supervivencia que de economía.

Cada familia siembra en su tierra lo que necesitara para ese año; unas patatas, unas cebollas, unas judías, tomates, pimientos, trigo, maíz, etc. También cada familia dispone de una pequeña cantidad de olivos para asegurar su consumo de aceite.

En la mayoría de las casas y desde hace un par de décadas conviven los tractores con los burros y las mulas con los que comparten las faenas del campo.

Entre los meses de diciembre y enero aún se siguen haciendo las matanzas de los cerdos donde se provee a las familias de los embutidos para todo el año, así como los riquísimos jamones serranos.

Aunque en el pueblo hay panadería la mayoría de los vecinos siguen haciéndose su propio pan en hornos de leña que son grandes y están repartidos a lo largo del pueblo, y que se aprovechan durante todo el año, aunque con especial interés en las fechas navideñas para hacer los dulces tan ricos de esos días.

En los finales del verano y principios de otoño se pueden ver colgados de las fachadas y de los muros de la mayoría de las viviendas, las típicas ristras de higos, pimientos, o maíz puestos para secar. Luego en los largos meses de invierno tendremos tiempo de poder disfrutarlos."

Estoy seguro que cuando lleguen los "malos tiempos" sitios como este no van a ser tan malos como las ciudades. Estaría bien encontrar un "Moropeche"...